Diez años de desarrollo, innumerables rumores… y ahora esto: La editorial 2K Games tira del freno de emergencia en el legendario reboot de Bioshock. Tras una presentación interna, la dirección se mostró poco entusiasmada con el estado actual del juego. Sobre todo, la historia, que en su día fue el corazón de la serie, no convenció. El resultado: una remodelación radical, una nueva dirección y la incertidumbre entre los empleados.
El responsable estudio Cloud Chamber, con oficinas en California y Montreal, se enfrenta ahora a un nuevo comienzo. La directora del estudio, Kelley Gilmore, que anteriormente había participado en Xcom y Civilization, tuvo que abandonar su puesto. El director creativo Hogarth de la Plante también ha sido destituido. La razón oficial es que quieren ofrecer un juego que supere todas las expectativas. Sin embargo, esto ha causado inquietud entre bastidores, sobre todo porque ya se habla internamente de aumentar la eficiencia y agilizar el trabajo, lo que a menudo es un presagio de recortes de personal.
«Convertir un buen juego en uno excelente»: comienza la remodelación
Sin embargo, lo que debería dar esperanzas a los fans es que la presión para salvar el proyecto es enorme. Con más de 43 millones de juegos vendidos, Bioshock es una de las marcas más importantes de 2K Games. Y después de más de una década sin una nueva entrega (Bioshock Infinite salió en 2013), la paciencia de la comunidad está a punto de agotarse. La empresa tiene que cumplir ahora.
Pero el giro más emocionante no proviene de las oficinas de la dirección, sino del archivo de filtraciones de la escena gaming: el nuevo Bioshock ofrecerá dos ciudades completamente diferentes. Mientras que una brilla como una utopía tecnológica, en la otra reinan la pobreza, el atraso y el aislamiento. Ambas están conectadas por una zona fronteriza conflictiva, escenario de exploraciones, combates y enfrentamientos ideológicos.
Lo que suena a ciencia ficción podría convertirse en la entrega más ambiciosa de la serie hasta la fecha. Y es que los contrastes también parecen desempeñar un papel fundamental en el aspecto lúdico. Dependiendo de la facción, el entorno y la clase social, la jugabilidad cambiará significativamente, desde la gestión de recursos hasta las decisiones morales. Los expertos incluso sospechan que el nuevo Bioshock podría adoptar elementos de los juegos de rol clásicos para reforzar la libertad de decisión y la identificación.
Aún no se sabe si el juego saldrá a la venta ni cuándo. Pero una cosa es segura: Bioshock nunca se ha renovado tan profundamente como ahora. Y con el concepto de dos mundos separados, el reinicio podría ser más que un simple regreso nostálgico, sino un nuevo comienzo valiente.